Bitácora Semanal

La segunda semana sin salir:

Día 11 y seguimos sin rastro de una cura del COVID-19, antes los que tenían miedo eran los proveedores de alimentos o productos, por el miedo de que sobre el producto, ahora escasean la mercadería y las personas, la ciudad a pasado de ser un bosque de concreto lleno de vida a un valle desértico en dónde lastimas a otros para sobrevivir, el ruido de las turbinas de los aviones, no es más, ahora que fuertes vientos y el cantar de las aves, los autos ahora son fumigadores que se desplazan por autopistas y calles, los abrazos y los besos que antes eran expresiones de amor, hoy no son más que signos de muerte, miedo y pánico, la continúa exportación he intercambios de productos por un bien económico, se han convertido en trueques, que no tienen que ver con el dinero, sino con la supervivencia, por último las casas que por lo general estaban desoladas tanto en el día como en la noche, se han convertido en nuestro refugio o guarida, pero no todo es malo, ya que la vida nos da otra oportunidad de aprovechar la vida y reconocer nuestros errores, por ejemplo la mancha de contaminación a reducido pero aumentaron los muertos, en España o Italia han regresado animales que hace años habían desaparecido, pero al igual que China, los muertos y desastres económicos incrementaron, o en el caso de los hogares, los cuales unieron a las familias, pero implantaron preocupación en los padres por los gastos de víveres, servicios básicos, deudas, etc. En conclusión todo en la vida tiene un precio, no todo va ha ser felicidad o tranquilidad, pero el detalle está en levantarse no importa cuántas veces te caigas y seguir luchando.
Ahora bien, en el caso de mi familia, solo somos dos mi mamá y yo, ella se preocupa en trabajar y ganar dinero para los diferentes tipos de gastos, los cuales no son muchos ya que somos dos, en cambio yo en la primera semana de cuarentena disfrute con mis fetiches favoritos, esculpir en plastilina dinosaurios o vehículos de guerra, y para aumentar mi diversión los destruyó y los vuelvo hacer, en cambio para divertirnos mi mamá y yo, jugamos cartas o nos deleitamos con maratones de películas o series, gracias al internet, así que no hay pretextos de estar aburrido, el único impedimento es tu imaginación.


Algunas de las figuras que realizo.
Tercera semana

Continuamos en casa encerrados por nuestro bien, pero aún así incrementan los casos, las personas se están llegando a cansar, obrando por el suicidio, el camino fácil,  las actividades incrementan, trabajo y deberes, pero no me quejo, gracias a qué aquellos deberes, son fáciles y prácticos, además es un bien porque nos entretienen y refrescan la mente, por consiguiente, el tema del COVID-19 no es un impedimento para que detengamos nuestras actividades diarias, ya que podemos desempeñar otras nuevas, en cuanto a la economía del país se va a ver claramente afectada, pero el sentido del problema es saber superarlo y aprender de ello, y saber dar prioridad a lo necesario como la salud, la cual es única, en cambio la economía y lo material se puede recuperar con esfuerzo.

REFLEXIÓN:
A mí persona no le molesta estar encerrado en la casa, mi abuelito y yo compartimos el mismo gusto de permanecer en la casa, y ya que tengo habilidades en la plastilina, no es ningún problema permanecer encerrado, los días siguen pasando y nos vamos a seguir enfermando y eso hay que afrontarlo, debido a que en cualquier momento nos enfermarnos de este virus, al menos hasta que exista una cura, por ello hay que cuidarnos no solo nosotros, sino entre nosotros, ya que sino se cuida uno el otro se verá afectado.


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